El viaje rumbo a la tierra prometida era guiado por YHWH mismo, quien iba delante de ellos durante el día, por medio de una columna de nube, y durante la noche usaba una columna de fuego para darles luz. YHWH mandó a Moisés a que acamparan en un lugar: Pihahirot. Pihahirot estaba cerca del mar Rojo, y era un lugar bastante particular, pues quien estuviera allí, tenía solo una salida: el mar, puesto que lo rodeaban las montañas.
Ahora bien, Elohim da a Moisés una razón por la cual mandó a Israel a acampar allí, en Pihahirot: “de seguro, dirá Faraón: los israelitas están confundidos, no saben a dónde ir. Están encerrados en el desierto”. Añade Elohim: “de veras dejaré que se haga terco el corazón de Faraón, y él ciertamente correrá tras ellos, y yo conseguiré gloria por medio de Faraón y de sus fuerzas militares. Y los egipcios de seguro sabrán que yo soy YHWH” (Éxodo 9:14-16).
Vemos que Elohim manda a los israelitas a acampar en Pihahirot, que es un lugar incómodo e imposible para huir, y ¿lo hace a propósito? Sí, así es. Faraón ha dejado salir a Israel, y ya es libre, pero… la palabra de Elohim a Faraón aún no se cumplido al 100%. Recordemos que Faraón, la primera vez que acudieron Moisés y Aarón a su imponente corte, pidiendo que Israel fuera al desierto a ofrecer sacrificios a Elohim, dijo:
La respuesta de Faraón estuvo cargada de un espíritu altivo, desafiante, con la arrogancia de quien se creía a sí mismo un dios. Sí, el Faraón era un dios, por ser el hijo del dios solar Ra. Los egipcios creían que era la encarnación de Horus, sucesor de Osiris. Al Faraón se le honraba con títulos majestuosos como “sol de los dos mundos”, “el dios poderoso”, “el eterno” y otros. En su tocado real, en la parte delantera de su corona, estaba la imagen del sagrado ureus, una cobra, la cual, según afirmaban, escupía fuego y destrucción a los enemigos. Faraón no era un hombre, un gobernante real. Era más que eso: un dios. De hecho, hasta existen representaciones de Faraón, adorando su propia imagen.
Lo que Faraón hablara era Ley, no existían en aquella época constituciones, o cortes de derechos humanos. Él regía a Egipto por medio de decretos y edictos reales. A un hombre así, que se cree un dios, y es tratado por otros como un dios, venerado, con un poder omnímodo, fue al que habló Moisés, pidiendo libertad para una nación de esclavos: los israelitas.
Al ver los israelitas la cercanía de los egipcios, claman con miedo a Moisés. Entonces Moisés dijo al pueblo: “Moshe respondió al pueblo: "¡Dejen de ser tan temerosos! Permanezcan quietos, y verán la salvación que es de YAHWEH. El lo hará hoy –hoy ustedes han visto a los Mitzrayimim, ¡pero nunca los verán otra vez!"
¡YAHWEH peleará la batalla por ustedes! ¡Sólo cálmense, estén tranquilos!"
” (Éxodo 14:13, 14).
Notemos que hay un día señalado, un hoy. El día final, el día en el que Elohim le hará saber a Faraón quién es YHWH, para que su nombre se declarara con gloria y honor en la Tierra (Éxodo 9:14-16). Israel en ese momento se pone en marcha, y el ángel de ELOHIM, que iba delante del campamento de Israel, se puso detrás de ellos, y la columna de nube se colocó detrás de ellos. Para Israel, la nube representaba luz, para los egipcios, oscuridad, mientras el día avanza. Al hacerse definitivamente de noche, la columna de nube es la luz de Israel, y la oscuridad de Egipto. Ambos grupos quedan separados.
¿Qué pasaría esa noche? Moisés extiende su vara, y un fuerte viento del este va partiendo el mar, durante toda la noche, mientras el fondo del mar aparece como un suelo seco, por el que se puede caminar. Los israelitas caminan, con las aguas del mar como muros, a su derecha y a su izquierda. En un momento dado, los egipcios transitan también por ese camino.
Durante la llamada “vigilia matutina”, indica el Éxodo, que ELOHIM mira, dirige su mirada hacia el campamento egipcio. Tengamos presente que el horario de Elohim cuenta el día desde la puesta del Sol, hasta la siguiente, así que el día comenzó a eso de las 6 de la tarde, justo a tiempo, en el horario de Elohim cumplir Su palabra.
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Éxo 9:14 Porque esta vez, Yo infligiré mis plagas sobre tu corazón, y sobre el corazón de tus oficiales y tu pueblo; para que así sepas que Yo soy sin igual, el Soberano de toda la tierra. [Mi 6:13]
Éxo 9:15 Para ahora Yo pude haber extendido mi mano y haberte golpeado y a tu pueblo con plagas tan severas que habrían sido barridos de la faz de la tierra.
Éxo 9:16 Pero es por esta misma razón que los he mantenido vivos –para mostrarte el poder de Mi Nombre en toda la tierra. [Sal 76:10; Pr 16:4]
Éxo 5:2 Pero Faraón respondió: ¿Quién es YAHWEH que yo he de obedecer lo que él dice que deje ir a los hijos de Yisra'el? Yo no conozco a YAHWEH, y tampoco dejaré ir a Yisra'el. "
Lo que Faraón hablara era Ley, no existían en aquella época constituciones, o cortes de derechos humanos. Él regía a Egipto por medio de decretos y edictos reales. A un hombre así, que se cree un dios, y es tratado por otros como un dios, venerado, con un poder omnímodo, fue al que habló Moisés, pidiendo libertad para una nación de esclavos: los israelitas.
Este Faraón, es la encarnación de un hombre deificado por otros y autodeificado. Es decir, él era tratado como un dios, y él personalmente, puso muchos granitos de arena en su corazón que reforzaran esa idea. Tuvo la actitud arrogante y prepotente que más tarde describiría el profeta Ezequiel del rey de Tiro, alguien que en su corazón, se creía tener el “corazón de dios”, debido a su riqueza y sabiduría (Ezequiel 28:1-10). Una persona que se cree un dios, hace lo que le da la gana, no le importan los demás, y lo peor de todo, no le importa la posibilidad de confrontarse cara a cara con el Único y Verdadero ELOHIM.
Sistemáticamente, Faraón se opuso tercamente al propósito divino. Plaga tras plaga, su corazón se hacía terco, terco, y más terco. Su profundo grado de obcecación, lo llevó a desconocer el poder de YHWH que tenía ante sus propios ojos. En ese sentido, 2 personajes contribuyeron a su terquedad in crescendo: Janes y Jambres (2 Timoteo 3:8).
2Ti 3:8 Asimismo Jannes y Jambres [18] se opusieron a Moshe, así también esta gente se opone a la verdad. Es gente con mente corrupta cuya confianza no pasa la prueba.
La confrontación que se escenificó en Egipto, fue una de "dioses": los "dioses" de Egipto, vs. YHWH, el ELOHIM de Israel. Nunca fue una batalla entre un hombre (Faraón) y Elohim. Moisés y Aarón representaban a YHWH, mientras que los jefes de los sacerdotes magos, Janes y Jambres, mediante el uso de sus poderes, convocaban la intervención de los "dioses" de Egipto, a favor de uno de esos dioses, el Faraón. Cierto, cuando sucedió la tercera plaga, los sacerdotes admitieron que era “¡el dedo de ELOHIM!”. Pero Faraón siempre se resistió a la evidencia de la superioridad del poder de YHWH.
Una tras otra, cada plaga golpeó el corazón de Egipto, afectando a sus "dioses", y demostrando el poder de ELOHIM sobre todas las cosas. Al final de la décima plaga, Faraón no tuvo más remedio que dejar ir a Israel. La libertad que ELOHIM prometió, era un hecho. Por eso estaban allí, en Pihahirot, camino a la tierra prometida.
Al ver los israelitas la cercanía de los egipcios, claman con miedo a Moisés. Entonces Moisés dijo al pueblo: “Moshe respondió al pueblo: "¡Dejen de ser tan temerosos! Permanezcan quietos, y verán la salvación que es de YAHWEH. El lo hará hoy –hoy ustedes han visto a los Mitzrayimim, ¡pero nunca los verán otra vez!"
¡YAHWEH peleará la batalla por ustedes! ¡Sólo cálmense, estén tranquilos!"
” (Éxodo 14:13, 14).
Notemos que hay un día señalado, un hoy. El día final, el día en el que Elohim le hará saber a Faraón quién es YHWH, para que su nombre se declarara con gloria y honor en la Tierra (Éxodo 9:14-16). Israel en ese momento se pone en marcha, y el ángel de ELOHIM, que iba delante del campamento de Israel, se puso detrás de ellos, y la columna de nube se colocó detrás de ellos. Para Israel, la nube representaba luz, para los egipcios, oscuridad, mientras el día avanza. Al hacerse definitivamente de noche, la columna de nube es la luz de Israel, y la oscuridad de Egipto. Ambos grupos quedan separados.
¿Qué pasaría esa noche? Moisés extiende su vara, y un fuerte viento del este va partiendo el mar, durante toda la noche, mientras el fondo del mar aparece como un suelo seco, por el que se puede caminar. Los israelitas caminan, con las aguas del mar como muros, a su derecha y a su izquierda. En un momento dado, los egipcios transitan también por ese camino.
Elohim confunde a los egipcios, les quita las ruedas de sus carros, hasta que reconocen que es YHWH el que pelea por Israel. Moisés recibe de Elohim una orden: “Extiende tu mano sobre las aguas del mar, para que estas se vuelvan sobre los egipcios, y su ejército”. Moisés lo hace, y el mar empezó a volver a su estado normal al amanecer. Las aguas volvieron a su ubicación normal, y no se dejó que quedara ni siquiera uno solo de entre los egipcios.
Con estas palabras concluye el Éxodo la narración de lo que sucedió ese día, al cruzar el mar Rojo:
“Los israelitas anduvieron en tierra seca, en medio del lecho marino, y las aguas fueron para ellos un muro a su derecha y a su izquierda. Así salvó YHWH en aquel día a Israel, de mano de los egipcios, e Israel vio a los egipcios muertos en la orilla del mar. Israel también vio la poderosa mano que YHWH puso en acción contra los egipcios. Y el pueblo empezó a temer a YHWH, y a tener fe en YHWH y en Moisés.
Éxodo 14:29-31
Gracias por publicar la entrada.
ResponderEliminarAparece el original en el blog:
http://neoatierra.blogspot.com/2011/03/el-dia-que-faraon-de-egipto-supo-quien.html#axzz1n4tiO9jY
El tema fue publicado por Orion el 29 de marzo de 2011, tema original, correspondiente y registrado bajo derechos de autor.
Gracias por el articulo aunque haya sido de otro blog.
ResponderEliminarShalom!